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Yudit Vidal Faife

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“Transición” Casa Artex. Trinidad.  


Lic. Carlos Enrique Sotolongo.

Cuentan las Sagradas escrituras que en 658 antes de Jesucristo, Judit heroína judía cautivó con sus gracias la voluntad de Holofernes -jefe de los sitiadores de Betulia- y le cortó la cabeza durante el sueño, salvando así su patria.

Cuentan otras escrituras -no tan sagradas- que Yudit Vidal Faife, pintora nacida en Trinidad en 1979, arremete contra nuevos y hábiles sitiadores de todo tipo: envidia, temores, malamores y tantos otros defectos de las conductas que afloran en los seres humanos, por lo regular, ocultos tras plácidas máscaras. Les cuento también el dibujo, técnica esta última de la cual surgió -sin lugar a dudas- la propuesta que hoy mostramos y que no pretende ser discurso estéril, historia de la historia o  brindar consejos útiles para la vida, sino proponer serias y sinceras reflexiones sobre los homoactuantes de la gran escena que vivimos.

Cuentos sobre estas historias cotidianas.
Cuento con ustedes para hacernos cómplice de Yudit.
Esta propuesta cuenta.
Víctor Echenagusía Peña.
“Dípticos”  La Moderna Poesía. La Habana.

Rodeada de duendes esta muchacha de fácil sonrisa y andar apresurado ya se ha ganado un lugar dentro de la plástica trinitaria y no se detiene; su universo creativo plagado de esos seres mitológicos que asustan nuestros sueños de niños se hacen realidad en lienzos y cartulinas, luego de transformarse por el hábil y seguro dibujo de Yudit.

Sus creaciones artísticas aluden a ¿mundo medieval,  contemporaneidad ó mejor a la fusión de ambos?. Es un “toma y daca” donde las apropiaciones referenciales quedan minimizadas para enfrentarnos a una sugerente poética de creación cargada de individualidad y ahí radica, a nuestro juicio, la valía de nuestra joven artista.

Juega con el color, no teme usar indiscriminadamente una paleta cálida en grandes planos o toques ínfimos que manifiestan el dominio del dibujo, así color y dibujo se imbrican y luchan por la supremacía de la composición. ¡Insensatos!, Yudit es su dueña y decidirá a su antojo el nacimiento de estas criaturas, voces de la conciencia humana, ensoñaciones que perviven en las casas palaciegas, callejuelas olvidadas, historias de otros tiempos de esta, su Trinidad, la ciudad donde el hechizo es cotidiano y el arte es presencia, sólo que está reservado a los que como Yudit lo saben desentrañar por los mágicos rituales de la creación.